Un instituto mexicano otorgó títulos honoris causa al vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, y al diputado Reynaldo Cardoza. Durante su discurso de agradecimiento, Ulloa destacó la reducción de homicidios en el país, pero presentó datos manipulados por el Ejecutivo.
En resumen:
- Félix Ulloa afirmó que El Salvador lleva 668 días sin homicidios, sin embargo, organizaciones de derechos humanos destacan la falta de transparencia en las estadísticas y muertes bajo custodia estatal.
- Durante dos años del régimen de excepción, al menos 305 salvadoreños adultos y 4 bebés han muerto bajo custodia del Estado.
- A diferencia de gobiernos anteriores, el bukelismo no incluye muertes en enfrentamientos ni osamentas en el número de homicidios.
Por Andrea Escobar
Durante una ceremonia de entrega de un doctorado honoris causa en una institución educativa mexicana, el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, dijo que bajo la administración de Nayib Bukele se han contabilizado 668 días sin homicidios en El Salvador, pero esta afirmación es engañosa debido a que las estadísticas no incluyen algunos indicadores.
En una ceremonia realizada el 26 de julio en México, el Instituto Ejecutivo Mexicano (IEM), en colaboración con la Universidad Ejecutiva del Estado de México (UEEM), otorgaron títulos honoris causa al vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, y al diputado Reynaldo Cardoza, del Partido de Concertación Nacional (PCN), un aliado del bukelismo.
Durante su discurso de agradecimiento, el vicepresidente mencionó que “ahora, esa guerra que declaramos el 27 de marzo de 2022, la estamos ganando, y El Salvador, después de ser, como lo dijo el periódico The Guardian de Inglaterra en 2015, la capital mundial del homicidio, ahora tenemos 668 días con cero homicidios. Somos el país más seguro de la región”.
En reiteradas ocasiones, el Gobierno salvadoreño, diputados oficialistas y amplificadores de sus mensajes en redes sociales sostienen que el país tiene más de 670 días no consecutivos sin homicidios desde que Bukele asumió su mandato en junio de 2019.
Sin embargo, las estadísticas no incluyen las bajas de pandilleros en enfrentamientos con los cuerpos de seguridad, las muertes de detenidos bajo custodia del Estado ni las osamentas en cementerios y fosas clandestinas. La información de estos datos fueron puestas bajo reserva.
En 2015, las autoridades reportaron 106 homicidios por cada 100.000 habitantes principalmente por la guerra entre las pandillas que ese año dejó 6,656 asesinatos. A partir del 2016 el país inició una reducción progresiva del número de asesinatos.
Al cierre de 2023, las autoridades reportaron 154 homicidios, una baja de casi 70% respecto a 2022, cuando se registraron 495. La tasa de homicidios de 2023 fue de 2.4 por cada 100.000 habitantes.
El Gobierno sostiene que la reducción del número de muertes se debe a la implementación del régimen de excepción, vigente desde marzo de 2022, y que suspende algunos derechos constitucionales.El Ejecutivo también basa sus comparaciones en datos desiguales, dado que hasta antes de la llegada de Bukele al poder, sí se contabilizaban las muertes de supuestos pandilleros a manos de agentes estatales o de ciudadanos, además de las osamentas.
La directora del Socorro Jurídico Humanitario (SJH), Ingrid Escobar, dijo a Infodemia que durante los dos años del régimen de excepción, al menos 305 salvadoreños adultos y 4 bebés han muerto bajo custodia del Estado que no han sido contabilizados, pese a que familiares han denunciado signos de violencia y tortura en los cádaveres.
“El Estado no los contabiliza, los pone como muertes naturales y el 70% son torturas por golpes o negación de medicina”, indicó Escobar.
Por tanto, es engañoso que El Salvador lleva 688 días con cero homicidios desde que Nayib Bukele asumió el gobierno en 2019, como afirmó el vicepresidente, ya que en las estadísticas no cuentan las muertes bajo custodia estatal, entre otras. Se considera una información engañosa cuando no tiene fundamento real o es incongruente frente a otros datos y fuentes.
Funcionarios reciben honoris causa
El Instituto Ejecutivo Mexicano (IEM) invistió el 26 de julio al vicepresidente Félix Ulloa y al diputado Reynaldo Cardoza con un título de honoris causa. Según el IEM, este reconocimiento fue entregado por “el desempeño y liderazgo de su patria”, dijo el maestro de ceremonia durante el acto.
El IEM fue fundado en 2010 como la Universidad Ejecutiva del Estado de México (UEEM), pero fue renombrada posteriormente con autorización de la Secretaría de Educación Pública (SEP) como Instituto Ejecutivo Mexicano, y tiene su sede en el municipio de Capulhuac, México.
De acuerdo con el portal único de trámites del Gobierno de México, en 2022 el IEM tuvo una matrícula de 200 estudiantes, de los cuales 47% (94) eran hombres y 53% (106) mujeres. Ese mismo año, la institución tuvo tres egresados: dos en Educación y uno en Ciencias Sociales y Derecho.
Infodemia contactó a la institución, la cual afirmó que estos dos títulos fueron entregados gracias “a la colaboración que ellos tienen con el IEM”, sin embargo, al ser consultados sobre los detalles de la colaboración y desde cuándo, no lo detallaron.
El IEM explicó que la ceremonia de investidura se llevó a cabo en coincidencia con la graduación de la 8ª generación de la Licenciatura en Locución de la institución, dado que Ulloa y Cardoza se encontraban en ese país.
Infodemia también consultó con Reynaldo Cardoza y Félix Ulloa para conocer lo que reza el título y la colaboración con IEM, pero hasta el cierre de esta nota no se obtuvo respuesta.
“Las autoridades de la Universidad Ejecutiva del Estado de México entregaron un doctorado honoris causa a @Dip_Cardoza, en reconocimiento a su excelente desempeño y destacado liderazgo a favor de la Patria y Humanidad. El Diputado agradeció a las autoridades de la Universidad”, publicó Cardoza a través de su cuenta de X.
El doctorado honoris causa es un reconocimiento académico otorgado por universidades a individuos que han realizado contribuciones significativas en diversos campos, como la ciencia, las artes o la política, sin necesidad de haber completado los requisitos formales de un doctorado.
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